sábado, 30 de noviembre de 2013

La paga

 Ya queda poco para que empiece la Pascua y todo el mundo está preparado en la línea de salida para consumir como cerdos. En otros casos como putos cerdos. Muchos te dirán que están en crisis, que ya no compran tanto como antes... puta mentira. Todos están en crisis menos cuando llega la Navidad. Tu vecino sin ir más lejos, está en el paro, reformó su casa la semana pasada y lleva un coche mejor que el tuyo. Y todavía te lo cruzarás yendo de compras con más bolsas que tú. ¿De dónde coño sacan el dinero?
 A tí te señalaron un día en el calendario y te avisaron para que estuvieras disponible. ¿Ya no te acuerdas? Fue tu mujer la que te lo dijo: "será el sábado inmediato a la paga extra". Y también sabes de sobra (te lo vienen recordando un año) que con la paga extra tienes que comprar un árbol nuevo de Navidad porque el del año pasado ya está visto, un plasma pequeño para la cocina, comida para alimentar a un regimiento capitaneado por tu suegra, un fajo de décimos de lotería, bebida como para dos regimientos: el de tu suegra y el de tu cuñao, tres pares de jamones, una montaña de ropa, una cestaca de dulces navideños, regalos para la familia y docenas de cosas que no sabes bien para qué sirven pero se compran durante esas fechas. Que no se te olvide comprarle a tu hijo el "LG 533 Megatrallón Space". ¿quieres que tu Cristian te eche la bronca? pero si lo tiene hasta el nieto del kioskero!
 Ese día te despierta el perro chupándote la cara, te levantas y descubres que estás sólo en casa. Telefoneas a tu mujer que está en el bar de abajo haciendo la golfa y le recuerdas que hay que salir a comprar, que ayer te ingresaron la paga. Ella, medio borracha y especialmente alegre te contesta que ahora sube, que le falta poco. Vas al cuarto de baño meas y te miras al espejo. Vaya cara. ¡Y es que no te enteras! ¡Que te sacan del juego de las frutitas y te pierdes! Has pasado de ser un tío divertido que le hacía el amor a su esposa todos los días a ser un cornudo aburrido y amargado! ¿Cómo ha podido suceder? No importa, ya está hecho, les pasa a muchos, ahora intenta seguir viviendo para seguir trabajando. Sólo de pensar que tienes el día de la paga por delante te agotas. Empiezas a recordar la última vez que fuísteis al centro comercial y de lo chulito que se te puso tu Cristian... cuando intentó robar el mp4 y te dejó en vergüenza con el guardia... Va a ser un día largo. Te vistes, desayunas y escuchas una voz en tu cabeza que te recuerda: -"Cariño, sobre todo, no olvides que hay que pasar por el Leroy Merlin para comprar dos puertas y tres sillas, que viene a visitarnos el Hermano Mayor y la casa está hecha una mierda"-. Llamas a tu hijo al móvil (a un LG 532 Supertrallón Space, el anterior al LG 533 Megatrallón Space) y te dice que está en el parque de otro barrio con unos colegas riéndose de un indigente borracho. Te cagas en su puta madre (tu mujer), bajas al parking y te metes en el coche. Ese va a ser tu único momento de paz. Tu mujer aún tardará veinte minutos en salir de casa descontenta con su peinado y tu hijo llegará cinco minutos más tarde y fumao. Para cuando estéis todos subidos al coche ya has escuchado medio disco de Manuel Carrasco que tanto le gusta a tu mujer. Pero debes ponerlo del principio para que escuche la primera canción, ya sabes.
 Salís de la urbanización rumbo al centro comercial. Justo en la puerta, un Papá Noel esquelético, con más mierda que el palo de un gallinero os pide una limosna. Ése es el que realmente no tiene un duro para pasar esos días. Tu Cristian le escupe el malnacido. Dentro, os aborda otro Papá Noel mucho más gordo, con la sonrisa igual de grande que la de tu Cristian pero sin ojos rojos y te entrega una carta para pedirle los regalos. Sonríes amablemente. Tu hijo la coge y descojonándose dice que "le viene bien para hacerse un rulo". Madre mía qué genares piensas, vaya porvenir. Luces, colores, música navideña, azafatas en minifalda ofreciendo trocitos de turrón del duro... todo un carrusel de productos en carteles enormes que han colgado muy bajos y te golpean la cabeza. Entonces te empiezas a agobiar y se te ocurre la idea de preguntarle a tu mujer si puedes esperarlos en el bar de la planta de arriba, pero su cara de perra cabreada te da la respuesta. Tienes que ir con ellos, sin hacer nada, sólo acompañándolos. Bueno, sí que eres útil, llevas el carro. Vas el último de la fila, arrastrando los pies con desgana, murmurando. Tu mujer no se salta ni un producto y va llenándote el carro. Te ordena a que vayas a por otro carro. Ahí te das cuan grande es la magnitud del tema. Los miras y los ves contentos, riéndose, bailando, probándose ropa, disfrutando. Quieres imaginar cómo has conseguido cada céntimo de tu jornal y cierras los ojos. Te ves currando un día cualquiera en verano, asado de calor, colocando tela asfáltica en el ático de aquel edificio. Notas el buen rollito entre compañeros a pesar de la paliza que te estás dando. Oyes un rebuzno y diriges tu mirada hacia el hijoputa barrigón de tu jefe gritándote: "¡Subnormal de mierda! ¡así no se hace!". Te manda a que vayas y tapes unas goteras de la cocina cuando... ¡Hostias! ¡la dueña del ático en pelotas! Te ofrece una cerveza fresquita y ella se coge otra. Te sonríe y te mira fijamente mientras bebe. Estás saboreando esa cerveza tan deliciosa y te está entrando tan de puta madre, que no reparas en que te están manoseando. ¡Joder! ¡Notas una mano sobándote el culo! Repentinamente una voz familiar te hace despertar. Sigues en el centro comercial y tu hijo te está sacando la cartera del pantalón.
 Hoy se celebra la jornada de la "no compra". No quiere decir que no puedas gastar tu dinero, sino que la gente evitará entrar a las grandes superficies y fomentar así al pequeño comercio artesano. Más de sesenta países en todo el mundo lo apoyarán, pero ya es tarde, tu tarjeta echa humo. Tratas de arrancarla Carlos por Dios pero no hay nada que hacer.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Cásate y agáchate al pilón

 ¡Vengaaaa a lavarse las manos que la polémica está servida! -anunciaba a los niños la señora McKenzie desde el porche. Que digo yo que si las polémicas llevaran ketchup y queso gratinado se acababa el hambre del mundo en dos días, porque salen tantas como para parar un tren conducido por Cristiano Ronaldo. La mayoría no tienen trascendencia o se nos escapan de las manos en nuestra mediocre vida, pero otras te tocan una tarde y hacen que te pares un rato a debatirlas con los amigos o para tí mismo y pienses: "Madre mía cómo está la peña de la olla, menos mal que dejé el pegamento a tiempo y los de Callejeros iban por la otra acera".
No es la Griso, es la Miriano... me la agarras
 Ya os digo que hay decenas de polémicas que te llueven al cabo del día, leyes injustas que ves en el telediario o lees en internet y te encabronan de buena mañana. Para hoy he escogido la del conocido e irreverente libro Cásate y sé sumisa, que después de oir las críticas y a mi forma de verlo se podría haber titulado Cásate y agáchate al pilón. El controvertido libro y su autora, la italiana Costanza Miriano, (omitiré por esta vez la rima puesto que en esta historia me quiero posicionar de parte de las mujeres, aunque reconozco que me cuesta trabajo no hacerlo cada vez que oigo algo terminado en -ano u -ones), lleva dentro más perlas que el joyero de la Duquesa de Alba. Para Miriano, el éxito en el matrimonio pasa por la sumisión de la esposa al marido. Mola eh? Para los machistas éste va a ser su credo. Y añade: “Tendrás que aprender a ser sumisa, como dice San Pablo”. Y lo explica: “Cuando San Pablo le dice a las mujeres que acepten estar debajo, no piensa ni mucho menos que sean inferiores”. “La sumisión de la que habla san Pablo es un regalo, libre como todo regalo, porque, si no, sería una imposición”. ¿Qué quiere decirnos con lo de "regalo"? ¿Sexo libre de impuestos? Los hay que no tienen que recurrir a la cita de San Pablo para decirle a la mujer que acepte estar debajo porque es ella la que les aborda, pero los que tengan a una mujer estrecha que les den con la biblia en la cabeza, a la altura de los versículos de San Pablo y en la coronilla, no muy fuerte, lo justo para que reaccionen y les dé por revolcarse. Tipo sado. Volviendo al libro y lo más gracioso... es decir, lo más macabro es que en su país ha sido récord de ventas! Como no lo he leído no puedo opinar sobre ello, aunque me puedo hacer una idea de su contenido en cuya contraportada también se puede leer, en referencia a cuál debe ser la actitud de la mujer en el matrimonio: “Ahora es el momento de aprender la obediencia leal y generosa, la sumisión”. Aleluya hermanos! Esto empieza a caldearse!
 Menos atractivo que la italiana pero con más morbo (que es lo que hace volar la imaginación) me parece el arzobispo de Granada, que a través de su propia editorial ha publicado dicha obra de estilo esperpéntico. No me hace falta verle la cara, con sus palabras me ha excitado el cabrón. Concretamente relacionado al aborto dijo que “Matar a un niño indefenso, y que lo haga su propia madre, da a los varones -y esta parte es la mejor- la licencia absoluta, sin límites, de abusar del cuerpo de la mujer, porque la tragedia se la traga ella”. ¿Que se traga qué? Madre mía, esta noche voy a acostarme cachondito jejejeje ese arzobispo cabroncete me ha puesto palote.
 Por cierto, la Miriano parece que se ha tragado la medalla de San Pablo. ¿Hay algún médico en ese bar?

martes, 29 de octubre de 2013

Pulmones encharcados de mierda

 Cuando uno necesita decir algo lo cuenta primero en Facebook, y luego a su pareja o a los amigos, pero yo ya he agotado esas opciones y ahora lo hago como de costumbre en este blog. Hablo desde la indignación, que conste. Reconozco que no voy a ganar nunca el Premio Planeta, pero es lo que tiene no haber estudiado, que te puedes expresar como te salga del pijo y resultar un paleto simpático como Julia Roberts comiendo caracoles en Pretty Woman. Por eso no me vengáis luego diciendo que si vaya boca que tengo... que si vaya un marrano... que qué asco de tío... porque ya me conocéis.
 Veamos si me explico: Supongo que después de pasar mucho tiempo en el paro uno se cansa de nadar en la mierda mientras otros ríen y beben tumbados en hamacas en la orilla. Si es mierda líquida se puede medio llevar, pedaleas y te mantienes, pero en cuanto pasa un tiempo y empieza a endurecerse dicha mierda, es cuando aparece el verdadero problema, porque no puedes moverte como lo estabas haciendo y acabas hundiéndote y tragando un poco de caca. Desde la orilla te parece oir frases de aliento, pero en realidad son risas.
 Vivo en una ciudad marítima española, bañada por el Mediterráneo y por mierda. Es decir, donde acaba el agua empieza la mierda. Más bien la mierda del mar se funde con la mierda de la ciudad. Creo que casi todo el país está igual mires por donde mires, excepto si vives en la parte de arriba de la brecha o en tu pueblo ha caído una cúpula de esas. Tenemos claro que si tiene forma de mierda, huele a mierda y al pisarla te cabreas y andas a pata coja hasta un bordillo para restregar la suela estás frente a una mierda. Pero la mierda no sólo adorna la acera cada dos metros, la mierda también está en el aire, como invisible, en estado gaseoso soplando con fuertes rachas que a menudo te golpean en la cara, se te pegan al pelo, a la ropa... la respiras y te pasa por la garganta... Por eso cuando alguien te habla no entiendes una mierda y/o ves que sólo sale mierda de su boca. Las gafas también se te empañan de mierda, motivo por el que ves sólo marrones y pasado un tiempo lo ves todo negro.
Monumento histórico
 El panorama laboral actual (que es de lo que realmente quiero hablaros) es el culpable de que todo gire en torno a la mierda. La tasa de paro en la ciudad es brutal. No me apetece entrar en cifras porque luego me dan ardores, pero creedme que esto es insostenible. Las calles están llenas de hombres en edad de trabajar deambulando, formando pequeños grupos en las puertas de los bares o en las esquinas, y ya los hay de todos los colores y de todos los niveles sociales existentes. Esto es una puta vergüenza. Concretamente yo me dedicaba a la construcción, encofrando. Es quizá el oficio más castigado de esta puta crisis. Cuando sólo te has dedicado a trabajar levantando viviendas y ves que muchas de ellas están ahora vacías, piensas que tu ciclo ya ha acabado. Algo ha salido mal. Has estado trabajando como un cabrón durante años para que todo desaparezca de repente? Me parece increíble que esta ciudad no haya explotado ya. ¿Dónde coño están los parados de la construcción? ¿Todos hacen chapuzas de estranjis? ¿Qué pasa con los que no sabemos alicatar o arreglar fachadas? ¿Nos ponemos un tutorial de youtube? Aquí no se mueve nadie. Zombies perdidos todos. Ni manifestaciones, ni plataformas, ni protestas, ni ayudas ni mierdas en vinagre. Te cabrea observar que ninguno de los que gobierna mueve ni moverá un dedo por buscar una alternativa ofreciendo cursos gratuitos donde aprendas un oficio de verdad y con futuro a obreros que como yo, nos hemos dejado los cuernos durante mucho tiempo, a menudo en condiciones inhumanas, haciéndoles casas de lujo a tanto hijoputa sólo para llenarles la panza y los bolsillos. Porque debo deciros, que a diferencia del jefe yo no he ganado millones tal y como se piensan algunos. Esos comentarios me hacen mucha gracia. Los encofradores que currábamos a jornal éramos casi milieuristas, ya trabajaras al lado de casa o a 500 km. Los cabrones de los constructores sí que se forraron. Más tarde, cuando ya no les cabían más billetes en la cuenta, pincharon la burbuja inmobiliaria. ¿Pero qué habéis hecho hijos de puta? Opino que debieron pincharse también los huevos entre fajo y fajo.
  Hoy es el Día Mundial del Ictus. ¿Sabéis que cada año 130.000 personas sufren un ictus y el 30% mueren? y el resto no queda muy bien que digamos. Las enfermedades provocadas por la crisis están haciendo mella. La depresión y el ictus no son nuevas, pero están más de moda que nunca gracias a los recortes políticos. ¿No nos va a dar un ictus de esos? Si ésto es para enloquecer! Os recomiendo lo mismo que mi mujer y mi familia me dice: "No tomes disgustos"- y yo añado: "No dejéis que nadie os toque las pelotas y luchad por lo que es vuestro, que mierda ya hemos tragado bastante".

jueves, 3 de octubre de 2013

Los automovilistas

Después de casi veinte años conduciendo y fijándome en ciertos comportamientos, creo que puedo hablar de los automovilistas. Intentaré distinguir los distintos tipos que circulan por nuestras carreteras y clasificarlos. Este tema os sonará, no es nuevo, pero quizá mi carácter al volante y las ganas de contar lo que veo diariamente me mueven a escribir esta historia. Personalmente, me parece que los españoles conducimos fatal. Aún seguimos pasándonos las normas por los huevos haciendo lo que nos da la gana. Y es aquí donde entra el primer grupo:
1) Los Pasotas
 No sólo hay un tipo de conductor pasota, pero todos practican la misma filosofía: Se la suda que les multen. Porque o disponen de dinero para pagar las multas o lo disponen sus papás. Por eso, aparcan donde quieren (perjudicando a una persona que transita por la acera en silla de ruedas y ve como le bloquean el acceso por ejemplo), se saltan los semáforos o van a la velocidad que quieren, poniendo en peligro a otros conductores que circulan correcta y tranquilamente. A esos dan ganas de chafarles la cabeza. Y sería fácil, porque a veces van en descapotable.
2) Los Empanaos
 Ellos no tienen la culpa en realidad. Los profesores de autoescuela tampoco. Ni la madre que los engendró es culpable. Los examinadores y los médicos son los verdaderos responsables de que ancianos moribundagónicos y trastornados apoltronanoicos reciban un concierto de cláxones varios desde que salen del garage. Otra cosa es que se enteren de que el recital va dedicado a ellos. Lo que no saben los pitadores es que sus Renault 8 y Citroën 2CV impecablemente conservados soportan cualquier ruido del exterior debido a su resistente blindaje. Se les unen a este grupo de empanaos las señoras con el pelo frito y vestido de mediados del siglo pasado. No me preguntéis por qué.
3) Los Desquiciados
 Creen que una onda expansiva creada por una bomba atómica manipulada intencionadamente para triplicar su potencia les persigue. Van muy rápidos, pegados al de delante casi empujándole, y en cuanto pueden te pasan a escasos centímetros dejando la vida en ello y la de los demás. Eso no está bien. A éstos, con un leve frenado cuando van lamiéndote el culo los asustas. Cuando te adelanten te mirarán como perdonándote la vida, pero no debes mirarles, debes poner cara de empanao del segundo grupo. Eso les cabreará más.
4) Los Paquirrines de la Isla
 Amenizan con sus temas a todo el barrio y a todas horas, con bandas flamencas bañadas con un chorrito electrónico como hicieran otras generaciones con el célebre Azuquita. Los padres de los Paquirrines de la Isla trabajan para mantener la discoteca ambulante de sus hijos. En esta zona de la península, si la música de tu coche no alcanza los 140 dB y roza el umbral del dolor no eres nadie. Los padres de los Paquirrines de la Isla también pagan las multas de sus hijos y están orgullosos de que vayan dando la nota por donde van. Los padres de los Paquirrines de la Isla no tienen tiempo para reeducar a sus hijos porque están ocupados haciendo cosas.
5) Otros
 Los demás conductores se pueden agrupar aquí porque no me apetece extenderme más. Seguro que podéis diferenciar más y nuevos modelos. Serían desechos al volante con chatarras móviles a los que no puedes pedirles el seguro ni ningún papel en caso de accidente, extranjeros que hacen como que no se enteran de nada y te hacen pirulas rarísimas con la autocaravana... etc, etc y etc. Son claramente reconocibles porque destacan por su extravagancia.
 Y para finalizar, os contaré la maniobra que lo está petando en todas las ciudades: Mi mujer la ha butizado: "Me aburre pararme en un semáforo". Dicha maniobra la puedes ver en cada semáforo y a todas horas. Consiste en salir (si no hay ningún peatón cruzando) poco antes de que se ponga el semáforo en verde, justo en el espacio de tiempo que hay entre el parpadeo del peatón iluminado en verde o la cuenta atrás si el semáforo es de los más nuevos. Frenar un metro después porque en realidad no se ha puesto en verde todavía, y cuando por fin se pone en verde para iniciar la marcha, se queda clavao o sale pisando huevos y todos le adelantan. Parece complejo, pero siempre habrá un Paquirrín de la Isla o un Desquiciado para haceros una demostración. En cuanto a mí, y según mi mujer y mi hija, creo que estoy en un grupo nuevo: Los Justicieros Desquiciados de doble gota.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Si no voy al cielo será porque voy con tenis y sin afeitar

 No siempre he sido el dueño de Telebarbi, tu tele amiga. Digamos que he dado más vueltas que la madre de Marco dándole esquinazo a él y al mono. Y las que me quedan por dar! Para los que no me conocen bien y no tienen mi currículum, esta historia servirá para hacerse una idea de la clase de individuo al que os enfrentáis, porque entre otras cosas he trabajado de ayudante de panadero, de encofrador, de peón de albañil, de reponedor de supermercado, de operario en una empresa de montajes eléctricos, de andamiero, de comercial en una empresa dedicada a gestionar multas de tráfico, he currado en un asador de pollos, he hecho de Papá Noel, de cartero motorizado y chico para todo en la mili, del señor Barragán, de Montserrat Caballé, de mariquita, de argentino, de bebé con pañales, de Manuel de la Calva, de mimo, de espía, he recolectado limones, algodón, pimiento de bola, almendras, he cantado en una banda de heavy metal, he tocado el órgano en una boda en la iglesia, he actuado en algunos entremeses, he dibujado en un taller de cómics...
 Pero también me he puesto el disfraz de Jonathan Smith en "Autopista hacia el cielo" alguna vez para hacer una buena acción si la ocasión lo requería. No siempre me han salido bien mis obras, como aquella donde mediando en una pelea de pareja me llevé un puñetazo que hizo que volaran mis gafas. Pero otras sí que han acabado con final feliz.
Michael Landon es Jonathan Smith
 Esto me pasó hace unos ocho años o así, pero me acuerdo como si fuera ayer. Era fin de semana y estaba tomando unas cervezas en un bar cercano para matar el aburrimiento cuando empezó a llover. Era una lluvia de esas de gotas gordas y violentas que con cuatro o cinco te empapan el cuerpo entero. El típico chaparrón de verano que a algunos nos ha sorprendido más de una vez por esta comarca. Me terminé el tercio de un trago, pagué y me dispuse a salir para comprobar que todo seguía bien en casa y no se estaba mojando ropa u otra cosa importante. Al cruzar la calle veo a una vieja encorvada, vestida de luto, con el pelo canoso recogido con un moño y cargada con varias bolsas de la compra. La siguiente secuencia fue verla resbalar y caer al suelo. Oí como sonó su cuerpo contra el firme y su débil voz que pedía auxilio. Corrí hacia ella para socorrerla cuando en ese momento resbalé y caí también casi a su lado. Joder! exclamé. Rápidamente me incorporé y la ayudé a levantarse. Le metí el monedero y sus cosas que se hallaban desparramadas por la acera en las bolsas como pude. Me señaló el duplex de enfrente y me dijo que vivía ahí mismo. Le pregunté si podía andar y la invité a que me cogiera del brazo que llevaba libre hasta llegar a su casa. En mi otra mano llevaría como cuatro o cinco bolsas que pesaban un huevo y empezaban a marcarme la mano. Tenía que aguantarme, como el intenso dolor que poco a poco estaba creciendo en mi culo. Me fijé en ella, en que sangraba por la cara y llevaba un corte en la ceja izquierda. Con su mano temblorosa sacó del bolso unas llaves y me indicó la que abría la primera puerta, la del jardín. Pasamos, subimos tres escalones con sumo cuidado y abrí mi mano mostrándole el manojo de llaves. Me señaló una segunda llave que al girar abrió la puerta principal y dejé su compra dentro. Me ofrecí para llevarla a urgencias y que le miraran la herida, pero me dijo que no era necesario. Después de inspeccionarla personalmente ví aliviado que era algo muy leve. El agua mezclada con la sangre es muy escandalosa y me hizo creer que se trataba de algo más serio. Además no quiso que la curara ni nada, me dijo que llamaría a su hijo que vive muy cerca y se echaría colonia en el corte. Parecía que se le había pasado el susto y sonriendo me acarició la cara. Me dejó más tranquilo verla mejor. Cuando ya me iba y después de volverle a preguntar si se encontraba bien me preguntó por mi nombre y le expliqué que era un vecino que vivía en la calle de arriba y que no se preocupara por nada. Insistió y entonces le contesté casi sin pensar: "Me llamo Ángel". Le mentí. Me dió por ahí. No sé por qué. A los tres días me comentó mi vecino que había estado una señora mayor preguntando por un tal Ángel con una tarta de galletas y chocolate entre sus manos. No he vuelto a verla, quizá muriese ya. Nunca supe su nombre ni ella el mío, pero ese día fui "su" Ángel.

miércoles, 28 de agosto de 2013

¿Queréis cambiar de casa fácilmente y sin gastos adicionales?

  Visten como quieren, van a su bola, siempre los veo bebiendo y fumando porque no tienen obligaciones y además residen en una de las zonas más destacadas de la ciudad donde el metro cuadrado se puede situar en 1.000 y pico euros si la vivienda es de segunda mano, y eso que han bajado los precios considerablemente estos últimos años. En este caso, el precio está muy por debajo de otros pisos de la zona. La vivienda no es especialmente majestuosa e imponente, pero al pasar por su lado mi hija siempre se acuerda de ella y giramos la cabeza para mirarla. Digamos que la casa da la nota. A veces me dan un poco de envidia.
Escudo de la ciudad
Está ubicada en una de las arterias más importantes, con decenas de establecimientos de todo tipo, cerca del Parque de Tentegorra, y con el Hospital Perpetuo Socorro y el Gran Corte Inglés a escasos quince metros. Asimismo, pasan por allí casi todos los eventos relacionados con las fiestas y el entorno es envidiable, no os perderéis nada de lo que ocurra. En verano está ventilada y es algo fresquita por las noches, pero en invierno no se puede ni estar, se cuela el relente por todas partes. Ese puede que sea el único defecto, carece de paredes resistentes al frío y al sonido. Pero hay muchas más ventajas que contras. No hay que pagar impuestos de ningún tipo, y casi a diario llegan operarios que te arreglan el jardín (una amplia zona verde con diversas plantas y flores) y te lo limpian gratis. Tengo que recalcar su luminosidad natural también. Para los que no os gusta el ruido quizá sea un problema, pero es lo que tiene vivir en pleno pulmón de la urbe. Si en realidad preferís la tranquilidad y despertarse frente a las montañas con pajaritos piando y mariposas revoloteando os recomiendo Galifa, Torre Pacheco o La Palma, que están a diez minutos del núcleo y son lugares verdaderamente rurales, cosmopolitas y apacibles, pero adquirir un terreno y fabricarse una casa allí puede costarte un  ojo de la cara u otra cosa (ver la primera parte de la historia "Escalofrío que te cagas" para conocer más comparaciones si se desea). Para los que no tenéis aún donde meteros, ésta es una buena oportunidad para olvidarse de tiempos pasados y empezar una nueva vida.
 La coqueta casita a la que estoy haciendo mención os puede resultar pequeña, pero ¿para qué la queréis tan grande? ¿para limpiar más?. Si queréis acceder a ella deberéis pujar, ya que se trata de una vivienda muy solicitada y habitada en la actualidad. Estaréis obligados a dirigiros directamente hasta allí para negociar, eso sí. Yo no os puedo contar mucho más. Es muy probable que lleguéis a un acuerdo y las condiciones que os expongan los inquilinos presentes no os supongan ningún problema. Por cierto, no os lo había contado? Son los sintecho  que hay debajo del escudo.

miércoles, 7 de agosto de 2013

¿Problemas? no me hagas reír que me entra hipo

 Definición de problema: Cuestión que se trata de aclarar. Es muy importante saber que la mayoría de los problemas tienen solución. Como dicen los viejos, todo tiene arreglo menos la muerte. Los problemas siempre están ahí, rondando en tu cabeza como la canción del verano que tanto odias. No los puedes esquivar porque son concretos, palpables. No hay problemas abstractos. Unas veces te vienen sin quererlo y otras te lanzas a por ellos porque eres tonto o te aburres o quieres impresionar a alguien, lo cual es de tontos también. Pero no te preocupes tanto, los problemas son problemas también dependiendo de los ojos con los que se miran, y ahí es donde quiero llegar. Yo apenas veo problemas. Y los tengo. Podría interpretar una peli de esas que emiten en Antena 3 las sobremesas del fin de semana ¿por qué no? quizá lo haga jejejej. Ahora que creo que estoy madurando (a los 38 años pienso que ya está bien), empiezo a tener ciertos problemas que a unos escandalizarían y a otros harían partirse el culo, según a quien se los cuente. Pero hay que ser fuerte y enfrentarse a ellos sin miedo, coger el toro por los cuernos, poner toda la carne en el asador... (vaya rollo paternal os estoy soltando, como se nota que estoy sobrio) Ahora mismo habrá quien esté preocupado/a por la marca que le deja el bañador al tomar el sol, porque sus cuatro pelos se queden donde él quiere o si el mojito de diez pavos está poco cargado. A lo que algunos llaman problema otros lo llamamos una tontería o una mierda. Por ejemplo, ¿es un problema quedarse sin trabajo? Pues no. No lo es porque puedes disfrutar de otras ventajas como caminar sin contaminar, vivir en una cueva rodeado de animalitos carnívoros, levantarte y acostarte a la hora que te salga de los huevos, no hacer cola en el súper, no pringar los días de fiesta, no tener síndrome post-vacacional, no aguantar los chistes del jefe, a tu mujer, a tus hijos... ¿Es un problema no salir combinado a la calle? Pues sí. ¿Qué dirán tus amigos sin techo si no ven lamparones amarillentos en la parte delantera de tus pantalones a juego con tus legañas? Se reirían de tí! Te dirían pijo! O vanguardista!
El campeón
 A mí lo que me pasa es que me cago en los problemas y los tapo. Mi mente enferma no deja que me afecten demasiado y siempre le pongo un toque de humor disparatado que los de mi alrededor gozan o sufren, depende. Este es un mensaje de optimismo. No quiero que os vengáis abajo con bobadas que tienen remedio. Los de ahí arriba y sobre todo nuestros vecinos envidiosos quieren vernos abatidos y desesperados. No les déis el gusto. Cuando tengáis una bota militar pisando vuestra cabeza y la cara metida en el barro, sonreid. Eso pondrá a vuestro enemigo más furioso. El que más barriga saca es el que antes revienta. El que ríe el último ríe mejor. No sé para qué digo ésto, pero bueno. Levantad el culo del sofá y salid a la calle a respirar humo, pisar mierdas de perro y sudar como un cerdo con una sonrisa en la cara, como el cochinillo al horno! ¿Depresión? con el Deltoya de Extremoduro o una mamada se te quita. Pedidle a un amigo que os descargue el disco u os practique lo otro. Ya me estáis cabreando con la jeta esa que parece que váis barriendo la acera con ella. Ni que pusieran El campeón y Bambi todos los días en la tele! Tenemos una crisis económica pero no estamos muertos! Como vea a alguno que no sea del Tercer Mundo con la cara de pena, se la parto. Así tendrá dos.

miércoles, 31 de julio de 2013

Despedida a la sencillez

 Lo que se siente cuando decenas de vecinos y amigos te aplauden al salir del trabajo en tu último día después de treinta duros años debe ser muy grande. Mucho. Una puede intuir algo en los días previos, puede oír el susurro de una lengua despistada e incluso percatarse de una mirada que esconde un secreto, pero aún así, no se imagina lo que puede estar sucediendo unos metros más allá. Apagas el ordenador, colocas tu silla y echas un vistazo para comprobar que no te dejas nada, aunque piensas volver para una última misión altruísta con los donantes de sangre. Con la mosca detrás de la oreja, con tu bolso y tus cosas, avanzas sin esperar esa explosión de fervor que te aguarda afuera. Cruzas el umbral de la puerta y súbitamente una muchedumbre con cariño en sus caras rompe en aplausos. Casi sin darte cuenta, ya estás llorando de emoción. Te sube un no sé qué por el cuerpo que no puedes controlar, a mí me pasó en mi 36 cumpleaños, estuve igual casi toda la noche. Ves formas pero no las distingues, la gente te abraza y te vitorea. Reconoces a antiguos compañeros y amigos. Empiezas a ver con cierta nitidez. Notas que estás flotando en una nube y te sientes querida y bien, pero no estás acostumbrada porque siempre has tenido los pies en la tierra. Precisamente ese es el secreto de tan sentido homenaje. Si hubieses sabido que dentro de unos años te iban a hacer tantas fotos, te iban a dedicar una placa, te regalarían un ramo de flores
e ibas a salir en el periódico, ni te presentas aquel día de enero del 84 jajajajajajja.
 Cuando hace tres décadas empezaste a repartir medicamentos, quizá no esperabas llegar tan lejos. Y cuando no había farmacia y ofrecías tu casa, es probable también que no fueras muy consciente de lo que estabas haciendo. No lo sabías pero estabas escribiendo la historia de tu barrio. Porque con personas como tú, como D. Antonio Bermejo, Francisco Abellán, Félix Celdrán, la GITVA y algunas más que ahora no me vienen a la memoria, se construye un lugar bonito donde vivir. Es fácil si le pones ganas y tienes buena voluntad. Lo difícil es mantener el estado de bienestar.
 Dicen que la constancia es la virtud por la que todas las cosas dan su fruto, y en tu caso el dicho viene como anillo al dedo. Te has ido implicando cada vez más a lo largo de los años porque has ido sintiendo como tuyos los achaques de los pacientes de la barriada en la que te criaste. Es como un chico que besa el escudo de su equipo de toda la vida y su entrega es ciega y total. Cada habitante tendrá una historia que contar, un agradecimiento hacia esta persona. Yo tengo lo mejor. La tengo a ella.
 

jueves, 25 de julio de 2013

Frío como el acero

La mayoría de los políticos parecen estar hechos de otra pasta. Son con sus actos fríos; como el acero, como la punta de mis pies en invierno (mi mujer lo sabe bien), como un témpano de hielo... Pero yo me cago en sus muertos porque no se puede ser así. Que dejen la política esa de mierda que practican y se dediquen a lanzar penaltys "a lo Panenka" si quieren jugar a ser fríos ¿Qué coño les pasa? ¿Tienen una cláusula donde les dice que no pueden mostrar sentimientos? La tragedia de Santiago de Compostela deja en evidencia las pocas luces de nuestro mandamás. Después del accidente, desde Moncloa mandan un comunicado mezclando la noticia del descarrilamiento en Galicia con los chinos muertos en el seísmo de Gansu días antes. Mariano en persona, manda un tweet dando el pésame a los afectados (quizá cagando desde su retrete presidencial, nunca lo sabremos, las tecnologías son así) pero ya le vale. Mientras gente que pasaba por allí, médicos en paro por sus recortes o bomberos en huelga también por sus recortes echaba una mano, el bocachancla de mierda éste, a saber lo que hacía.
Brian Bosworth, frío como el acero
 Quisiera mencionar a Iván y Abel, dos amigos que desde el principio estuvieron sacando víctimas sin descanso, entre llamas. Pero como esos dos chicos hubo mucha gente que ayudó con lo poco que tenía y como pudo. Ellos sí que estuvieron fríos para realizar esa tarea tan desagradable pero a la vez tan humana. Hay más casos de frialdad reciente como la Botella en un spa de Portugal mientras cinco chicas agonizaban en una fiesta de Halloween, los deshaucios con sus respectivos suicidios... y un largo etcétera que no me apetece ahora mencionar. Puede que en la historia más escatológica jamás escrita que pretendo, los mienta a todos. Va a salir mierda de la pantalla.
 Lo de ser frío ya no se lleva. Brian Bosworth era frío con los malos pero cariñoso con los demás. Robocop más de lo mismo, guay con la peña y cabrón con los delincuentes. Lo que está claro es que tenemos a los peores ministros y al peor presidente desde que empezó la democracia. Pienso que la mayoría estamos de acuerdo. No tienen ni puta idea de cómo sacarnos del fango porque ellos están más metidos que nosotros, pero gozan de esa inmunidad ficticia que les hace creerse superiores. No olvides querido Mariano, que no eres inmortal, que ya os faltó poco a la Espe y a tí en aquella plaza de toros con el helicóptero. Que el cuerpo humano es frágil. Y tu escaño también es frágil. Sólo tiene que espabilar un poco más la población y sentirás el frío acero de la guillotina. Peliculadas aparte, que te den por culo. Que tu frialdad me la paso por los cojones. Que te den. Me voy.

miércoles, 17 de julio de 2013

Quedarse con la mierda en los labios

¿Sabéis a lo que me refiero con el título? Uno que lleva demasiados meses sin un trabajo serio (sin contrato ni afiliado a la seguridad social y subiéndose por las paredes) puede sentirse varias veces que se ha quedado con la mierda (la miel se ha puesto más cara) en los labios. Mi amigo Cholla me ha encendido la bombilla esta mañana para contar esta historia no tan corta y sin moraleja. Ya no hablo de cobrar 1.200 euros, hablo de currar y cotizar al mismo tiempo unos mesecillos con el fin de poder cobrar algo cuando te den la patada, porque lo de trabajar cinco años seguidos como que uno no se lo plantea ahora mismo. Pero no por pesimismo, sino por realismo. La expresión de moda entre las personas  en edad de trabajar que se encuentran vagando por la calle en horario laboral es: "La cosa está muy mal". Atrás quedaron otras medio simpáticas cuando vivíamos en una burbuja como: "Hasta luego Lucas", "Por qué no te callas?", "Si hay que ir se vá, pero ir pa' na' es tontería", "Dónde están las llaves Salinas"... etc. A mí, personalmente me han ocurrido unos cuantos casos con los que seguro os podéis sentir identificados, pero para no aburriros mucho os contaré sólo tres.
 Primer caso: Que te llamen de una empresa de construcción (oficio al que te has dedicado durante toda tu vida, ya es un flipe), te digan que te presentes en la oficina porque están contratando personal, vayas emocionado, y al llegar te digan que necesitas un curso (que cuesta 150 euros y dura una semana), lo hagas pidiendo el dinero a un amigo, vuelvas otra vez entusiasmado a la oficina con el diploma en la mano y te digan que ya no necesitan gente, es quedarse con la cara de tonto y la mierda en los labios.
Subirse por las paredes
 Segundo caso: Que te llamen de otra empresa esta vez de andamios (oficio al que te has dedicado durante un tiempo, ya es otro flipe), te digan que te presentes en el contenedor que tienen por oficina (con la esperanza de que tu coche interprete la reserva como tú la interpretas), vayas emocionado, te pidan el número de cuenta, fotocopia del dni, tarjeta sanitaria, talla de zapato, de chaqueta, de pantalón, de mis huevos... Vuelves otra vez entusiasmado a casa y se lo cuentas a tu mujer mientras haces un baile improvisado y ridículo y tarareas una canción estúpida. El teléfono suena nuevamente y te dicen que te dirijas a la mutua para el reconocimiento médico en ayunas y con los calzoncillos limpios. Allí ves a otros como tú. Haces flexiones, te miran la boca, las orejas, los ojos, la espalda, los huevos... Bueno, los huevos no. Intentan pegarte unas ventosas en tu peludo pecho con un gel fresquito... jejejeje esa es la mejor parte. Que después de pasar unos días llames a la empresa porque ellos dijeron que te iban a llamar a tí, y te digan que al final no van a meter a nadie es quedarse con la mierda en los labios.
 Tercer caso: Que te diga un amigo que están metiendo gente en una empresa de andamios (oficio al que te has dedicado durante un tiempo, ya es un nuevo flipe) que se ubica sin rótulo ni nada que la identifique y además te den una dirección errónea en un enorme polígono industrial, te patees medio polígono porque tu coche ya ha interpretado la reserva y no puedes refinar gasoil de los arbustos cercanos, preguntes al camarero de un bar, a un guardia civil, a un limpiador, a un tío que pasa por tu lado y tiene cara de enterarse de algo que al final resultaba que no se enteraba de nada, a un gasolinero, a otro gasolinero, a un perro callejero ya en plan de "esto es la hostia jejejej". Te dicen que preguntes a los guardias de seguridad que ellos te pueden ayudar y hacen la ronda en coche por el polígono porque no tienen una caseta física, te subes al coche y ves a uno de ellos a la misma velocidad a la que te multó la policía local el mes pasado pero te da igual, te pones en paralelo a él en plan "película de coches que van a chocarse durante un rato hasta que uno de los dos termina en la cuneta", le indicas que pare para hablar... Respiras. Te señala amablemente en un mapa dónde se encuentra la nave que buscas y te dice que hables con el oficinista. El oficinista desde la ventana te recomienda que esperes al jefe que está al llegar. Lo esperas pacientemente dos horas y media en la calle porque quieres ese trabajo y no tienes nada mejor que hacer. Llega haciendo un trompo y se mete sin que te de tiempo a decirle nada. Al final te atiende durante seis segundos para decirte que ya te llamarán.
Eso también es quedarse con la cara de tonto y la mierda en los labios. ¿Y tú, te has quedado con la mierda en los labios? Pues no te relamas, eso es lo que quieren que hagas.

viernes, 12 de julio de 2013

Hasta la bola

 Te la clavan a la entrada o a la salida pero te la clavan. Se te clavan las palabras dañinas, los cristales de un vaso roto, una mirada, las llaves en los huevos, una canción estúpida, unas púas de acero en la obra, en la rueda, te clavan el paraguas en un ojo, un puñal por la espalda, un dardo en el corazón, te clavan por un cubata en el puerto, por un cenicero de recuerdo, por ponerte rulos, tetas, gafas, piños, por morirte. Por un disco, una foto en la feria, un perfume, por la guardería, por las comisiones en tu cuenta, en la ITV, por un videojuego, por el billete del bus, del metro, del tren, del cine, del parking... Se te clavan las pinchas de los higos de pala, una espina de pescado en la garganta, las de las rosas, limones, cactus, te clavan por leerte la mano, por el alquiler, por llenar la panza, el depósito del coche, por los libros de texto, vestidos de comunión, de boda, te clavan por un concierto, por un asiento para ver un partido, un carnaval, un balcón en la cuesta de los juzgados de Palma de Mallorca, en la Puerta del Sol, para ver las procesiones, el desfile del orgullo gay, la boda de la hija del rey del país de su puta madre...
 Te clava las uñas tu mujer en la espalda cuando lo haces en la cama, en el cuarto de la lavadora, en el de los niños, en el salón, en el suelo, en el ascensor, en el monte, en la playa, en la casa de tus padres, en la piscina, el tatuador te clava la aguja en el culo, la abuela te clava el peine, te la clava tu marido también en el culo cuando llega del trabajo, de viaje, de la cena de empresa, de la cárcel... Te clava las zarpas también el gato, el cangrejo sus pinzas, los colmillos del perro del vecino, una abeja su aguijón, el bebé los dientes en el pezón cuando mama, te clava con su factura el mecánico, el del peaje, el fontanero, el electricista, el gondolero, te clava con gusto Hacienda,
Clavada
el tendero, la compañía del agua, del gas, del seguro, la compañía telefónica, de la luz, el guía mulato, el taxista, el curandero, el camello, la farmacéutica, el butanero, el que vende clínex en el semáforo, el del servicio técnico, la modista con el alfiler, el peluquero te clava la punta de las tijeras detrás de la oreja, el toro en San Fermines si eres yanqui y vas ciego, la prostituta, el practicante varias veces porque no te encuentra la vena, se te clavan los juguetes de tus niños en la espalda al sentarte en el sofá, en el coche... Se te clava en el hígado la cuenta de la comida de tus suegros, las asas de las bolsas de la compra se te clavan en los dedos, o en la punta del zapato porque te van pequeños pero te molan, la hebilla en el ombligo, una astilla en el dedo, una rebaba, las gafas en la nariz, el frigorífico cuando lo levantas en peso por abajo, un broche en el pecho, la goma del sujetador, de las bragas, de las mallas, de los calcetines, el pendiente cuando duermes de lado, los muelles del colchón, se te clavan los pivotes negros de las calles del centro en las rodillas, te clava un chino por una diadema con luces que al minuto dejan de parpadear, te la clava Messi de falta...
 En conclusión, hay miles de personas, animales y cosas que se pasan la vida clavándote algo. ¿Por qué no empiezas a devolverles el daño que te hacen?

jueves, 4 de julio de 2013

Escalofrío que te cagas

Si no tienes dinero no eres nadie. ¿Esto es verdad? Hombre, nadie es nadie... no. Tampoco es eso. Todos somos alguien. Algunos sí que es cierto que no son alguien, son algo. El dinero, vaya un dilema. Hoy en día hay pocas cosas que no se puedan comprar con dinero. Hay un precio para cada cosa. Y si no sabemos especificar una cantidad, nos desharemos de algún cacho de nuestra anatomía para expresar dicha cantidad como un ojo de la cara o un huevo. A veces también hablamos de dejarnos partes del cuerpo para conseguir dinero como los cuernos, los riñones, la espalda o la vida!. Hay quien en vez de dejar algo lo pone. Ponen sus partes íntimas como el culo y/o el coño. Lo ideal sería ganar dinero sin poner ni dejar nada de nuestro cuerpo porque, al fin y al cabo, necesitaremos todos nuestros órganos y miembros para desempeñar el trabajo. Y si nos falta algo no pasa nada, hay miles de ofertas para discapacitados del 33%.
Quién los pillara!
 Si no tienes dinero no eres nadie. Pero todos tenemos dinero. Todos. Habrá un momento en que no te quede dinero, pero llevarás algo puesto que cueste dinero o podrás hacer algo que genere dinero como hacer de mimo o una caricatura. Asimismo puedes robar. Ahora la moda es robar y que te pillen, pero tienes que robar grandes cantidades para comprarte propiedades y objetos innecesarios como tres pares de palacios con diez cabezas de triceratops en cada una de las treinta y ocho puertas de mármol de Carrara con esmeraldas y zafiros. Como des un tirón a un bolso vas a tener que poner el culo en la cárcel aunque no te apetezca y ni vas a ganar dinero, ni vas a pasar por la casilla de salida en esa jugada. Además, el trullo es uno de los pocos sitios donde no te dejan tener dinero. Te abren una cuenta de peculio que usas mediante tarjeta. Cuando vayas a las duchas y sientas el aliento detrás de la oreja del que dice ser tu nuevo novio, notarás como recorre por tu cuerpo un intenso escalofrío. Será un escalofrío parecido al que te da cuando expulsas el último zurullo de tu cagada o terminas de mear y se te pone la carne de gallina pero multiplicado por ocho. Jajajajaja pero no te asustes pichica, que eso ya no pasa. Ahora te dan una colleja si te han cortado el pelo o te pisan los zapatos nuevos.
 Y si finalmente es verdad que no tienes dinero, todavía puedes ser feliz. Recibir amor es mucho más que el puto dinero. Recuerda que el dinero sólo te va a dar la felicidad cuando lo ganes honradamente y después de esfuerzo y sacrificio. Ahí percibirás la verdadera felicidad. En ese instante sabrás que eres alguien y no algo. Y tu familia te mirará orgullosa y con cariño. Suena a tópico pero es real. Suena a cosas de viejos pero es de las pocas que deben perpetuarse. No vendas droga.

martes, 25 de junio de 2013

Huele mal y lo sabes

El país en el que vivimos está lleno de misterios. Iker Jiménez lo sabe. No reirse coño! Hay maniobras orquestadas por los poderosos que se nos escapan de la razón. Pero que no nos subestimen, que para ser españoles no somos tan tontos. Hemos ganado un Mundial de fútbol y todo! Lo que quiero deciros, es que vosotros al igual que yo, notáis que huele mal especialmente estos últimos meses. Y no es porque la vecina viva con quince perros, es otra cosa. Es la gente que sale en la tele o en los periódicos. La que viste con traje y corbata es la que huele mal. Siiiii en serioo! No todos claro, pero casi todos. Me atrevería a decir que los que peor huelen son los políticos, y eso que se echarán colonia de mil pavos, pero es aún más maloliente. Es como cuando cagas en casa de alguien (ya me salió mi lado escatológico otra vez), y dejas una peste impresionante. La quieres disfrazar con insecticida porque no tienes otra cosa a mano, pero la mezcla de olores es más repugnante que el de la mierda sola.
 En fin, que entre los ministros y en especial el de "Justicia" están formando una moñiga monumental, y esa es la que huele tan fuerte.
Este mago sí mola
Huele mal que se fueran de rositas: Gao Ping, la Infanta Cristina, Bárcenas, el conductor "kamikaze", la Paca, Blesa, los mossos torturadores... y un largo etc. ¿Qué coño está pasando? En especial, el caso del chino es la hostia. Como por arte de magia, ha desaparecido y no se sabe nada de él. Seguramente si meten al emplesalio en el trullo y tira de la manta se nos constipará Su Majestad. Y puede que si tira de la manta Bárcenas el cabrón, se desplome el edificio de la calle Génova como se derrumbó una parte de mi vecina Lorca, que por cierto, sigue esperando una respuesta a su grito de auxilio. Por eso y por muchas otras cosas, huele mal desde hace tiempo. Lo que tampoco podemos hacer es encender incienso cada vez que huela mal o fumarse un porro para evadirse de la realidad. Si olemos por la calle o en un restaurante a un tipo y nos da la peste, hay que explicarle que no puede andar tranquilamente por ahí, que va contagiando con su mal olor a los demás, que en la cárcel o en el SEPE le van a quitar la peste y va a oler como nosotros, a lavanda. Iker Jiménez puede encontrar el filón. Como le dé por hablar de las volatilizaciones de imputados o de la magia numérica en los papeles, va a tener trabajo hasta que se jubile. Es como ser profesor de autoescuela, un auténtico chollo! No quiero volver a oler mal cada vez que pase por la Asamblea Regional o por cualquier otro sitio. A veces me sorprende la peste en edificios que ni me imaginaba. Mi mujer y mi hija siempre me dicen que soy un obsesivo de los olores jejejej. Yo creía que sólo disponía del sentido del super-oído fino y el de quemar la sangre, pero con esto de la crisis se ve que se han sumado varios más. Me veo con unas mallas, un antifaz y una capa luchando contra el crimen, saltando desde el balcón y aterrizando en un contenedor de basura apestoso. Apestando como "ellos".

Telecaca

La tele ya no es lo que era. Bueno, la nuestra sí porque la tenemos casi quince años y parece que hasta ha echado más culo y todo la cabrona jejeje. Además, tiene un color desgastado que la hace única y desde hace tiempo, aparece en la pantalla una rayita simpática que deforma la cara de la gente y en ocasiones nos hace reír. Pero me refería a la programación. Recuerdo cómo estaba deseando llegar del colegio para ver los dibujos de Spiderman o Los Autos Locos. Luego llegaron los "zumbaos" de El Planeta Imaginario, Plastic o los extravagantes personajes de La Bola de Cristal. Es probable que programas como ésos me convirtieran en la persona enrevesada que ahora soy. A otros les desordenarían las pedradas en la cabeza "jugando" en el monte o las maratones de pajillas también en el monte. Pero lo que de verdad me gustaba ver cuando era pequeño con mi padre era La segunda oportunidad. La cabecera me encantaba. Ver el coche estampándose contra la roca me impresionaba. Qué recuerdos, verdad?
Cañoná
 Me estoy poniendo nostálgico, y yo soy más escatológico. La tele de ahora es una gran mierda. Pero no una mierda seca o pinchada en un palo, es una mierda blanda venida de un cólico, de las que no se puede coger por ningún sitio. De las que odias pisar porque se te meterá en el dibujo de la suela y pasarás un rato sacándotela con un palo primero y restregando contra la tierra después. Gracias al tdt, gozamos de más programas infantiles como El gato al agua o La mañana de la 1 que tanto nos hacen reír. Si antes teníamos a Los payasos de la Tele, ahora tenemos a los payasos del Gobierno. Si nos entretenían las historias de Tom y Jerry, ahora vemos a Rajoy y Bárcenas. El ex-tesorero es el ratón, por supuesto. Podría hacer cientos de símiles y nos partiríamos el culo todos, pero esto es serio. Este bombardeo de zurullos son los que tienen que tragarse nuestros hijos cada minuto, cada hora, cada día, en cada canal. Y no me parece mal que los niños tengan información sobre lo que está pasando en este vergonzoso país, pero ¿cómo les explicamos por ejemplo que el ministro de Hacienda se invente una ridícula jugada para que la hija del Rey no vaya a juicio por participar presuntamente en el robo de varios millones de euros y a mí me citan por decirle al vecino que no para de tocarme los cojones hijoputa? Como véis, he cambiado de canal porque pienso que los niños (ya no pido ni por nosotros) se merecen unos buenos gobernantes, se merecen una segunda oportunidad.

miércoles, 19 de junio de 2013

Forzar es malo

 No hay que forzar las cosas. Estaba pensando en qué escribir y en cierto modo, estoy forzándolo. Y no es porque no tenga historias gamberras que contar, sino porque parece que si pasan unos cuantos días y no escribo en este blog, me da la sensación de que estoy acabado, que no soy tan bueno, que soy un poco aburrido y no tengo chispa. Pretendo forzar una buena historia pero ahora mismo estoy en blanco. Lo de las historias gamberras os ha dejado con la intriga eh? jajajajaja
  Pero vamos al grano. Sobre todo, y lo más importante es no forzar tu cuerpo. Eres imperfecto. Cuanto antes lo asumas, mejor te vas a sentir. No hay que forzar una cagada por ejemplo. Si ya crees que has cagado, no sigas apretando. Probablemente no puedas sacar más. Al final puede que fuerces tanto, que salga semi-diarrea y empiece a picarte el culo durante unos minutos, pudiendo llegar incluso a una hora. Eso me contaron. Tampoco se debe forzar un saludo. Si la persona que te interesa no te saluda, no lo fuerces. El resto de los que se encuentran en ese lugar te verán, menos la persona que te importa y parecerás un psicópata si no paras de mirarla. No fuerces tampoco las marchas del coche si no eres un cani, consume más y la gente se te quedará mirando también. No fuerces tampoco un derrape. Perderás el control de tu único coche y darás las mismas vueltas de campana que tu cara cuando tu mujer te hostie. Forzar una borrachera está anticuado si has pasado de la treintena y al día siguiente no servirás para nada. Quítate esa camisa rosa ajustada. No te engomines los cuatro pelos que te quedan. Si fuerzas una sonrisa se te va a notar. Sacar músculo en la playa con una postura inusual aparentando estar relajado te ocasionará un calambre. Forzar una conversación puede resultar fatal, nunca lo pongas en práctica. Si vas en coche y no se te ocurre nada para romper el hielo, hazte el dormido, pero que no se te ocurra contar un chiste porque puedes caerle mal para siempre. Forzar a tu mujer para que baile puede repercutir en una sonora bofetada o un pellizco de monja. Forzar a tu hijo para que monte en bici sin patines, va a hacer que llegues a casa con el niño llorando sin parar, sus rodillas y codos en carne viva y tendrás a tu mujer gritándote gilipollas o subnormal. Hacerte el manitas en casa puede originar que te chafes un dedo o te de la corriente. Los gritos de tu mujer se transformarán entonces en carcajada. No se ha reído contigo pero se ha reído. Si eres avispao, aprovecharás para hacerle el amor.
 No fuerces la llave, la vas a partir y tu mujer te va a llamar otra vez gilipollas. No fuerces el Jes Extender, tu miembro no da más de sí.
 No fuerces nada tío, forzar es malo. No fuerces comentar esta historia porque no se puede.

jueves, 13 de junio de 2013

Diálogo entre Rajoy y Carlitos

Después de muchos meses en paro y deambulando por las calles, Carlitos acude a la llamada del Presidente Rajoy. Éste le pide paciencia a Carlitos, y Carlitos se caga en su puta calavera. Es entonces cuando da comienzo el siguiente diálogo:

MARIANO: Vamos a hablar susurrando. Juntos tú y yo. Sin mariconadas. Sin plasma por delante. Tú tienes una hija, un gato y una perra. Háblame de tu hogar.

Pasa la mano por los hinojos
CARLITOS: (Como fumado) Para que te cuente algo, tendrás que quitarte la chancla de la boca primero jajajajajajaaa. En fin, ¿Mi hogar? Mi hogar está hipotecado entre el  norte de Carthago y Los Dolores. Es una calle muy sencilla y humilde. Enormes mierdas de perro que se calientan al sol. Un descampado que huele a basura de día y a porros por la noche. Enfrente hay tres contenedores. Papel y cartón, envases de plástico, orgánica... La acera, querido Mariano, es negra. Negra como los cabellos de mi esposa. Hay solares inacabados con matojos como tú de altos en la ladera sur, coches abandonados en la del norte. Hay gatos salvajes. Mi hija cuando los ve engañafándose quiere ser como ellos. (Ríe)

MARIANO: ¿Cuándo te marchaste de allí?

CARLITOS: Hace tres minutos, dieciséis segundos y cuarenta y cinco centésimas. Voy a comprar el pan.

MARIANO: Te envidio Carlitos

CARLITOS: Vete a la mierda. ¿Sabes una cosa? Aún así, creo que es un buen lugar. Hay que pelear por él.

sábado, 8 de junio de 2013

Te pueden afeitar el culo en un segundo

-¡Estabas deseandico que pasara para salir escarbando! marrano! _le voceé.
 Os pongo en situación:
 Me dispongo a cruzar tranquilamente por un paso de peatones y veo a lo lejos un coche que va un poco lanzado. Decido esperar. Empiezo a oír un "chumba-chumba". Me sitúo al borde de la acera perfectamente alineado con la primera banda señalizadora de ese paso de cebra. Giro la cabeza mirando hacia el vehículo y adelanto mi pie izquierdo para darle a entender al conductor que quiero cruzar. Veo que el tipo no aminora y ya está acercándose. Permanezco estático porque aún aprecio la vida. El bólido parece que no se va a detener. El "chumba-chumba" suena ahora más fuerte. Al final, y dibujando un derrape, frena bruscamente sin pisar el cebreado, como si de un salto de longitud se tratara. El juez no levanta la bandera roja, por lo tanto no es nulo. Soplo y levanto mis cejas al mismo tiempo interpretando un "vaya un pavo".
  Descripción del pavo (de arriba a abajo): Veinteañero delgado con gorra, pelo muy corto excepto un largo mechón tintado que pasa por detrás de su oreja derecha, en la frente lleva unas gafas de sol, pendientes brillantes de los gordos, varias estrellas de cinco puntas tatuadas en el brazo izquierdo que cuelga por la puerta, esclava de oro, peluco, sortijas y  un porro en la mano. Camiseta de tirantes y tejanos, creo. Fin de la descripción.
 Empiezo a cruzar sin apartar la vista del morro del coche. Tengo la confianza de que no es tan estúpido como para darle al acelerador y atropellarme pero nunca se sabe, las cabezas no están muy bien últimamente. Además, hace tiempo que no sigo la evolución de las drogas de diseño y empieza a hacer calor. Siempre he dicho que esa combinación en esta zona es peligrosa. Levanto levemente la mirada para ver su cara y en ese momento le da una calada mientras me mira. Ese gesto queda muy de macarrilla y depende del peatón puede intimidar y eso.
 Y ahora es cuando transcurre la escena rápida: Apenas he terminado de rebasar el frontal del coche cuando el pavo sale disparado! Por unos milímetros no me pisa el talón con la rueda! He podido sentir el aire del coche al pasar por mi ojete! Al instante me doy la vuelta y le grito:
-¡Estabas deseandico que pasara para salir escarbando! marrano!

viernes, 7 de junio de 2013

La desesperación te va a matar

Esta historia sucedió hace dos veranos. Me encontraba en el bar de costumbre que hay al lado de casa, tomándome unas cervezas y echando unas risas con mi compadre cuando entró el repartidor de los granizados. Era un tío grande, calvo, y por supuesto iba sudoroso. Excesiva y misteriosamente sudoroso. Parecía el típico repartidor brioso de verano. Yo estaba sentado en el lugar también de costumbre, al final de la barra junto a las neveras. El tipo dejó los cubos de limón y horchata encima de la barra. No recuerdo muy bien si él mismo los metió en las neveras o fue el camarero. Es un dato que cobrará importancia más tarde. Luego entró al baño y salió al ratito. Ese es otro dato. Se pidió un par de tapas y algo de beber. Entonces empezó a gimotear de la calor, el trabajo, el estrés, que si necesitaba un ayudante... Enfoqué una oreja a la conversación.
-¿Hay trabajo para mí? _le pregunté
-Todo el que quieras y más _me contestó. Se abrieron unos cuantos grados más mis achinados ojos. Ví una luz. Llevaba un año en paro y pensé que tenía ante mí una oportunidad. Le comenté que estaba interesado en currar, que llevaba un tiempo buscando trabajo, que vivía cerca y me cortó diciéndome que me cambiara las chanclas por unas zapatillas y que volviera al bar antes de que él terminara su almuerzo. Corrí hasta la casa, y mientras me cambiaba de ropa se lo iba contando a mi mujer. Ella no entendía nada, pero le dí un beso y le dije que no se preocupara, que iba a volver a la hora de comer con veinte euros en el bolsillo.
 Excitado, volé hasta el bar y lo ví allí, en la puerta. Me invitó a subir a su camión y nos pusimos en marcha. En el primer cruce se saltó un ceda el paso de cierto peligro y me quedé mirándolo con recelo. Pensé que tenía la situación controlada y lo dejé pasar. Justo en la siguiente calle, pisó el acelerador y giró el volante hacia un motorista que circulaba tranquilamente. Sonó un golpe que me dejó más helado que los granizados que llevábamos atrás. Eran dos máquinas abismalmente descompensadas por volumen y peso. El resultado podría ser fatal.
-Le has dado! _le exclamé
-Sólo quería asustarlo _me dijo sonriendo.
 Ambos miramos por el retrovisor y vimos al motorista que se incorporaba y daba la vuelta. Nos alcanzó y parados en mitad de la calle empezó a discutir con mi "compañero". Le llamó loco, inconsciente, que si estaba mal de la cabeza... Pasaron unos pocos segundos hasta que noté cómo me pegaba al respaldo del asiento cuando le metió otro pisotón al acelerador dejando al motorista refutando solo. Vaya tela. Ahora estaba implicado en una persecución en toda regla. De repente, giró a la derecha entrando en una calle con señal de dirección prohibida y me gritó que saltara del camión en marcha porque nos íbamos a meter en problemas. No daba crédito a lo que me decía, pero antes de pedirle que me lo repitiera me lo ordenó otra vez. Sin pensarlo, y quizá movido por mi inapetencia de seguir con tal individuo, abrí la puerta y salté hacia un descampado que hay enfrente de casa dando dos volteretas. Me levanté rápidamente y me quedé mirando cómo se alejaba el camión a gran velocidad, con el motorista enfadadísimo pisándole los talones, gesticulando y tocando el pito llamando su atención para que parara. Entré y alterado le conté la historia a mi mujer. Me dijo que estaba tan desesperado por currar que me subía con cualquiera. Nos pusimos a reirnos. Volví al bar a contarle la historia a mi compadre y al terminar me preguntó:
-¿Es que no viste que ciego que iba?
-Yo que sé compadre. Yo ya estaba viendo los veinte pavos...

jueves, 6 de junio de 2013

"Haz ruido... hasta que te estallen los oídos"

"Eran las sinco 'e la mañana..." Así empieza la conocida canción de Juan Luis Guerra, pero también podría empezar el día a día aquí en casa. Exactamente no es a las cinco sino a las seis. Todas las jodidas noches (porque a las 06:00 horas aún es de noche y todavía no se ha recogío ni mi gato) y durante doce años, se puede escuchar el sonido más hipermegacacofónico que mis orejas nunca han percibido: la vecina cerrando la persiana.
 Es como un despertador. No falla. Bueno, falla los domingos. El chirrido se debe a que la tipa pasa de flexionar las piernas y baja violentamente la vetusta persiana, lo que provoca el golpe contra el suelo y ese respectivo cañonazo que nos sobresalta casi siempre. Más de una vez me han entrado ganas de hablarlo con ella, pero no sé muy bien por qué, no lo hago. Por cierto, la persiana la abre para sacar una scooter e irse a currar.
La persiana de los huevos
 Aquí es que lo que mola parece ser que es hacer ruido. No importa cómo. Vivir en esta casa es como poner un zapping con el volumen del Home Cinema a toda hostia. Lo mismo oyes la carrera de la Nascar, un no parar de repique de campanas, un especial de Camarón con palmeros y todo, Callejeros, Ciudad de Dios, Reforma Sorpresa, Amores Perros, Speed... Todo esto con un Dolby Surround de esos que te cagas de una calidad impresionante, parece que lo estás viviendo!. Al principio y si no estás acostumbrado, asusta. Las pocas visitas que tenemos también lo flipan. Ahora que ya nos hemos adaptado a veces hasta nos reímos, pero siempre se nos escapa un "Madre mía" o un "Vengaaa". En definitiva, si no haces ruido eres un mierda y no vas a la moda. El frigorífico y el ordenador hacen ruido, mi mujer eructa y yo me tiro varios pedos al día. ¿A qué esperas?

El hoyo de la calle de atrás

Hay algo en la calle de atrás que me perturba por lo menos dos veces al día. Antes de cruzar la esquina ya estoy pensando en él. Cuando acompaño a mi hija al colegio, no hay mañana que no me quede mirando hacia ese hoyo. Y a mediodía me pasa tres cuartos de lo mismo. Yo lo miro y él me guiña a mí. Y no sé por qué, pero me hace gracia la cara tan redondita que tiene. Porque según el ángulo por donde lo mires, parece que tiene una boquita y unos ojos, como cuando miras a las nubes o a las vetas de las losas de mármol. Hoy por ejemplo está lloviendo y se ha llenado de agua. Lógico verdad? Pero cuidado! que cuando digo que se ha llenado de agua, estoy diciendo que se ha llenado de vida!
 Fijo que si mirara a través de un microscopio vería millones de microorganismos de esos haciendo sus cosas de microorganismos: contaminar, desarrollarse, quizá algunos curran, o discuten de madrugada con la parienta... Y seguro que ahora en verano saldrán a pasear con la fresca acompañados de sus microorganismitos de pantalones cortos.
El susodicho
 Vamos, que no puedo engañarme más ni a vosotros tampoco. El hoyo no da ni asco! Al hoyo no lo quiere nadie. Ni es simpático ni tiene gracia. Ni siquiera tiene ojos ni boca. Sus microorganismos huelen mal, son feos y seguro que son del Barça. Si supiera lo que dicen los conductores o los peatones sobre él cada vez que alguien se tuerce un tobillo o dan un llantazo por su culpa, querría desaparecer. Fijo que le doy yo más vueltas al hoyo que el concejal de urbanismo, que ni sabrá de su existencia. Pero es que no puedo evitarlo, me da rabia tener que esquivarlo, porque está justo en mitad de la calle, riéndose de todos los vecinos. Solo sirve para llenarlo de vómito. Un día, cuando se me olvide esquivarlo se me cruzará un cable, lo taparé con cemento y le borraré esa sonrisa de mierda que tiene.