sábado, 30 de noviembre de 2013

La paga

 Ya queda poco para que empiece la Pascua y todo el mundo está preparado en la línea de salida para consumir como cerdos. En otros casos como putos cerdos. Muchos te dirán que están en crisis, que ya no compran tanto como antes... puta mentira. Todos están en crisis menos cuando llega la Navidad. Tu vecino sin ir más lejos, está en el paro, reformó su casa la semana pasada y lleva un coche mejor que el tuyo. Y todavía te lo cruzarás yendo de compras con más bolsas que tú. ¿De dónde coño sacan el dinero?
 A tí te señalaron un día en el calendario y te avisaron para que estuvieras disponible. ¿Ya no te acuerdas? Fue tu mujer la que te lo dijo: "será el sábado inmediato a la paga extra". Y también sabes de sobra (te lo vienen recordando un año) que con la paga extra tienes que comprar un árbol nuevo de Navidad porque el del año pasado ya está visto, un plasma pequeño para la cocina, comida para alimentar a un regimiento capitaneado por tu suegra, un fajo de décimos de lotería, bebida como para dos regimientos: el de tu suegra y el de tu cuñao, tres pares de jamones, una montaña de ropa, una cestaca de dulces navideños, regalos para la familia y docenas de cosas que no sabes bien para qué sirven pero se compran durante esas fechas. Que no se te olvide comprarle a tu hijo el "LG 533 Megatrallón Space". ¿quieres que tu Cristian te eche la bronca? pero si lo tiene hasta el nieto del kioskero!
 Ese día te despierta el perro chupándote la cara, te levantas y descubres que estás sólo en casa. Telefoneas a tu mujer que está en el bar de abajo haciendo la golfa y le recuerdas que hay que salir a comprar, que ayer te ingresaron la paga. Ella, medio borracha y especialmente alegre te contesta que ahora sube, que le falta poco. Vas al cuarto de baño meas y te miras al espejo. Vaya cara. ¡Y es que no te enteras! ¡Que te sacan del juego de las frutitas y te pierdes! Has pasado de ser un tío divertido que le hacía el amor a su esposa todos los días a ser un cornudo aburrido y amargado! ¿Cómo ha podido suceder? No importa, ya está hecho, les pasa a muchos, ahora intenta seguir viviendo para seguir trabajando. Sólo de pensar que tienes el día de la paga por delante te agotas. Empiezas a recordar la última vez que fuísteis al centro comercial y de lo chulito que se te puso tu Cristian... cuando intentó robar el mp4 y te dejó en vergüenza con el guardia... Va a ser un día largo. Te vistes, desayunas y escuchas una voz en tu cabeza que te recuerda: -"Cariño, sobre todo, no olvides que hay que pasar por el Leroy Merlin para comprar dos puertas y tres sillas, que viene a visitarnos el Hermano Mayor y la casa está hecha una mierda"-. Llamas a tu hijo al móvil (a un LG 532 Supertrallón Space, el anterior al LG 533 Megatrallón Space) y te dice que está en el parque de otro barrio con unos colegas riéndose de un indigente borracho. Te cagas en su puta madre (tu mujer), bajas al parking y te metes en el coche. Ese va a ser tu único momento de paz. Tu mujer aún tardará veinte minutos en salir de casa descontenta con su peinado y tu hijo llegará cinco minutos más tarde y fumao. Para cuando estéis todos subidos al coche ya has escuchado medio disco de Manuel Carrasco que tanto le gusta a tu mujer. Pero debes ponerlo del principio para que escuche la primera canción, ya sabes.
 Salís de la urbanización rumbo al centro comercial. Justo en la puerta, un Papá Noel esquelético, con más mierda que el palo de un gallinero os pide una limosna. Ése es el que realmente no tiene un duro para pasar esos días. Tu Cristian le escupe el malnacido. Dentro, os aborda otro Papá Noel mucho más gordo, con la sonrisa igual de grande que la de tu Cristian pero sin ojos rojos y te entrega una carta para pedirle los regalos. Sonríes amablemente. Tu hijo la coge y descojonándose dice que "le viene bien para hacerse un rulo". Madre mía qué genares piensas, vaya porvenir. Luces, colores, música navideña, azafatas en minifalda ofreciendo trocitos de turrón del duro... todo un carrusel de productos en carteles enormes que han colgado muy bajos y te golpean la cabeza. Entonces te empiezas a agobiar y se te ocurre la idea de preguntarle a tu mujer si puedes esperarlos en el bar de la planta de arriba, pero su cara de perra cabreada te da la respuesta. Tienes que ir con ellos, sin hacer nada, sólo acompañándolos. Bueno, sí que eres útil, llevas el carro. Vas el último de la fila, arrastrando los pies con desgana, murmurando. Tu mujer no se salta ni un producto y va llenándote el carro. Te ordena a que vayas a por otro carro. Ahí te das cuan grande es la magnitud del tema. Los miras y los ves contentos, riéndose, bailando, probándose ropa, disfrutando. Quieres imaginar cómo has conseguido cada céntimo de tu jornal y cierras los ojos. Te ves currando un día cualquiera en verano, asado de calor, colocando tela asfáltica en el ático de aquel edificio. Notas el buen rollito entre compañeros a pesar de la paliza que te estás dando. Oyes un rebuzno y diriges tu mirada hacia el hijoputa barrigón de tu jefe gritándote: "¡Subnormal de mierda! ¡así no se hace!". Te manda a que vayas y tapes unas goteras de la cocina cuando... ¡Hostias! ¡la dueña del ático en pelotas! Te ofrece una cerveza fresquita y ella se coge otra. Te sonríe y te mira fijamente mientras bebe. Estás saboreando esa cerveza tan deliciosa y te está entrando tan de puta madre, que no reparas en que te están manoseando. ¡Joder! ¡Notas una mano sobándote el culo! Repentinamente una voz familiar te hace despertar. Sigues en el centro comercial y tu hijo te está sacando la cartera del pantalón.
 Hoy se celebra la jornada de la "no compra". No quiere decir que no puedas gastar tu dinero, sino que la gente evitará entrar a las grandes superficies y fomentar así al pequeño comercio artesano. Más de sesenta países en todo el mundo lo apoyarán, pero ya es tarde, tu tarjeta echa humo. Tratas de arrancarla Carlos por Dios pero no hay nada que hacer.

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