Primer caso: Que te llamen de una empresa de construcción (oficio al que te has dedicado durante toda tu vida, ya es un flipe), te digan que te presentes en la oficina porque están contratando personal, vayas emocionado, y al llegar te digan que necesitas un curso (que cuesta 150 euros y dura una semana), lo hagas pidiendo el dinero a un amigo, vuelvas otra vez entusiasmado a la oficina con el diploma en la mano y te digan que ya no necesitan gente, es quedarse con la cara de tonto y la mierda en los labios.
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Subirse por las paredes |
Tercer caso: Que te diga un amigo que están metiendo gente en una empresa de andamios (oficio al que te has dedicado durante un tiempo, ya es un nuevo flipe) que se ubica sin rótulo ni nada que la identifique y además te den una dirección errónea en un enorme polígono industrial, te patees medio polígono porque tu coche ya ha interpretado la reserva y no puedes refinar gasoil de los arbustos cercanos, preguntes al camarero de un bar, a un guardia civil, a un limpiador, a un tío que pasa por tu lado y tiene cara de enterarse de algo que al final resultaba que no se enteraba de nada, a un gasolinero, a otro gasolinero, a un perro callejero ya en plan de "esto es la hostia jejejej". Te dicen que preguntes a los guardias de seguridad que ellos te pueden ayudar y hacen la ronda en coche por el polígono porque no tienen una caseta física, te subes al coche y ves a uno de ellos a la misma velocidad a la que te multó la policía local el mes pasado pero te da igual, te pones en paralelo a él en plan "película de coches que van a chocarse durante un rato hasta que uno de los dos termina en la cuneta", le indicas que pare para hablar... Respiras. Te señala amablemente en un mapa dónde se encuentra la nave que buscas y te dice que hables con el oficinista. El oficinista desde la ventana te recomienda que esperes al jefe que está al llegar. Lo esperas pacientemente dos horas y media en la calle porque quieres ese trabajo y no tienes nada mejor que hacer. Llega haciendo un trompo y se mete sin que te de tiempo a decirle nada. Al final te atiende durante seis segundos para decirte que ya te llamarán.
Eso también es quedarse con la cara de tonto y la mierda en los labios. ¿Y tú, te has quedado con la mierda en los labios? Pues no te relamas, eso es lo que quieren que hagas.
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