Esta mañana como estaba lloviendo, he cogido el coche y he llevado a mi hija y a sus dos amigas al instituto para que no se mojaran. Pobrecicas. Van tan divinas con sus mechas californianas, sus chaqueticas, sus mallas de estampado tribal y sus carpetas decoradas con pegatinas de cantantes adolescentes con los pelos que parece que se acaban de levantar de la siesta o de románticos vampiros sensibleros con menos sangre que Enjuto Mojamuto que... Ainss qué recuerdos. Al verlas me entró la nostalgia y empecé a acordarme de cuando iba al colegio con mis primeras greñas, la carpeta forrada con una página del Metal Hammer donde se veía el "The headless children" de W.A.S.P., la chaqueta vaquera heredada con el parche bordado de Scorpions, los pantalones vaqueros láser heredados, los libros de texto heredados... en fin, antes entonces todo se heredaba, hasta los calcetines. Cuando veo a los chicos de ahora pienso: -Joder! qué horteras que éramos! Eran finales de los 80.

Mis primeros años de E.G.B. los hice en Elche y poco después al mudarnos a Cartagena en el Carthago, el colegio del barrio. Allí cursé 3º y 4º con buenas notas y una anécdota que mi madre cuenta cuando habla de mi niñez. Yo tengo un vago y borroso recuerdo de ello: Faltaban cinco minutos para salir porque habíamos subido las sillas a la mesa y me entraron unas ganas tremendas de mear. Le pedí permiso para ir al aseo a la profesora pero no me dejó. Entonces, convencí a unos cuantos compañeros para que me hicieron un corrillo y lo hice en una esquina. Supongo que al día siguiente hablaron con mis padres y eso. Fué una excepción, porque por lo general siempre he sido un buen chico, educado y responsable. A partir de 5º fui al que puedo atreverme a decir era el mejor colegio de la región, el situado en el Valle de Escombreras. Era inmenso, con lujosas instalaciones, era espectacular. Tenía grandes jardines, varias canchas de baloncesto, de hockey, de futbito, gimnasio, comedor, salón de actos, laboratorio... hasta una capilla! Era más grande que el barrio donde vivía! Por desgracia ya no existe, al ampliar la refinería demolieron los edificios y el poblado entero. Sólo quedan algunas fotos en internet de lo que una vez fué. Allí pasé mi mejor etapa estudiantil. No por lo académico, pues empezaba a flojear en las notas, pero aprendí mucho. Curioso verdad? Jugué en el equipo de fútbol del poblado, con una camiseta como la del Ajax. Llevaba un dorsal de cuero cosido con el número cuatro. Era el lateral derecho suplente. Iba cada semana dos o tres días a entrenar y salí una vez en un partido diez minutos en toda la temporada. Como no llevaba gafas, no me pasaban mucho. Creo que toqué el balón dos veces! Me gustaba mucho el inglés y la plástica, y de hecho es con lo que me he quedado a día de hoy. Y llegó la debacle. A todos nos puede pasar que empiezan a aburrirnos los profes, las matemáticas, la química o la gimnasia, pero si superas esa fase en la que todo te parece un rollo, triunfarás o por lo menos acabarás los estudios y así podrás optar a la universidad. Yo me incliné por el mundo del circo, concretamente por los payasos. Cometí el error de pasar el día haciendo reir en clase y no atender lo suficiente. Me aburría Amparo con sus ecuaciones y sus fórmulas, Marina con su historia y hasta Maruxa con su segueta en pretecnología. Eran buenos maestros, pero yo no estaba por la labor. Prefería hacer el tonto delante de las chicas, dibujar decenas de
Eddies de Iron Maiden en mis libros o en cada mesa en la que me sentaba, porno o gore en libros ajenos, logos de bandas heavies en los asientos del autobús...
Mi vida empezó a girar en torno al heavy y al dibujo. Hubo un momento en el que donde miraras, había algún boceto mío por ahí. Un día me llevaron incluso a representar al colegio en un concurso de dibujo y eso que no era un enchufado! Los enchufados (hijos de trabajadores de la refinería) que no tenían ni puta idea, siempre eran los elegidos para representar al colegio, y eso me dió alas para pensar que me valoraron por mi talento. No fui uno de los más populares, pero a todos caí bien y con casi todos me llevé bien. Tengo un buen recuerdo de esa época. Me atasqué en 8º y al final me echaron de una patada como en el instituto, cuando en mi primer año de administrativo hice una mierda de curso. Ahí ya empezaba a pasar de todo, entraba y salía cuando me apetecía, me dejé crecer el vello por todas partes, empecé a aullar como un lobo loco... pero esa es otra historia.