Es el chico de moda, el salvador de las víctimas, el coletas enrollao, el líder de los indignados, el canijo listo, el que sin inmutarse le toca los huevos a Marhuenda, Inda o el que se ponga. ¿Quién no lo conoce ya? A estas alturas es lo mejor que nos podía pasar. Está recibiendo palos por decir cosas como que va a luchar contra la corrupción, los banqueros, el paro, contra los deshaucios, los recortes en sanidad y educación... En definitiva contra lo que casi todos creemos que es injusto y por supuesto contra la casta. Y qué es la casta? La casta política son todos aquellos que nos metieron las tijeras y nos sacaron las tripas para hacer morcillas y longaniza y montar una barbacoa. Y luego, una vez "fuera" del poder político y dentro de una gran empresa, vuelven a rajarnos para hacer panceta y jamón cocido. Así de simple. Ahora la derecha tiene miedo. Miedo de que no puedan inflar más sus putas cuentas corrientes. El capitalismo salvaje puede tener sus días contados. Me hacen gracia los peperos traicionados por un programa que no se cumplió y caminan como pollos sin cabeza, desorientados sin saber qué decir, insultando a los demás sin ton ni son, rabiosos porque el coletas es más simpático y expone sensaciones que duelen a los de la parte de arriba de la brecha. Me hacen gracia porque si el coletas triunfara, se iban a beneficiar (de su por ahora croquis) dentro de un año y medio sin rechistar. O iban a renunciar por ser contrarios a sus ideales? Que no me hagan reír que me va a entrar hipo. Hemos estado esperando este momento durante mucho tiempo. Estábamos deseando que viniera a rescatarnos un héroe, y ahora que lo tenemos, no deberíamos dejar que se estrellara.
Hay que apoyarlo y volar junto a él, por encima de los edificios, de los bancos, de los chalets, de los coches oficiales, de las medio calvas engominadas y de sus putas madres. Y volando volando, podríamos llegar hasta Suiza, o hasta las Islas Caimán o Belize para recuperar todo el dinero que tanta falta nos hace ahora. Con todo ese dinero podríamos arreglar los problemas en los que nos ha metido la casta y vivir como nos merecemos. Y al regresar a nuestro país, pasar por Gibraltar, arrancar el peñón y llevárnoslo volando muy muy alto, hasta la estratosfera, para después arrojarlo con violencia contra el Valle de los Caídos y destruirlo todo dejando un enorme cráter. Y para terminar, le diría a nuestro héroe que juntara a todos los culpables de la crisis y los pusiera en fila como si fueran un trenecito, con el puño metido en el culo del de delante al ritmo de El Consorcio y su "Chacachá del Tren". Sería genial, verdad?
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