Después de casi veinte años conduciendo y fijándome en ciertos comportamientos, creo que puedo hablar de los automovilistas. Intentaré distinguir los distintos tipos que circulan por nuestras carreteras y clasificarlos. Este tema os sonará, no es nuevo, pero quizá mi carácter al volante y las ganas de contar lo que veo diariamente me mueven a escribir esta historia. Personalmente, me parece que los españoles conducimos fatal. Aún seguimos pasándonos las normas por los huevos haciendo lo que nos da la gana. Y es aquí donde entra el primer grupo:
1)
Los Pasotas
No sólo hay un tipo de conductor pasota, pero todos practican la misma filosofía: Se la suda que les multen. Porque o disponen de dinero para pagar las multas o lo disponen sus papás. Por eso, aparcan donde quieren (perjudicando a una persona que transita por la acera en silla de ruedas y ve como le bloquean el acceso por ejemplo), se saltan los semáforos o van a la velocidad que quieren, poniendo en peligro a otros conductores que circulan correcta y tranquilamente. A esos dan ganas de chafarles la cabeza. Y sería fácil, porque a veces van en descapotable.
2)
Los Empanaos
Ellos no tienen la culpa en realidad. Los profesores de autoescuela tampoco. Ni la madre que los engendró es culpable. Los examinadores y los médicos son los verdaderos responsables de que ancianos moribundagónicos y trastornados apoltronanoicos reciban un concierto de cláxones varios desde que salen del garage. Otra cosa es que se enteren de que el recital va dedicado a ellos. Lo que no saben los
pitadores es que sus Renault 8 y Citroën 2CV impecablemente conservados soportan cualquier ruido del exterior debido a su resistente blindaje. Se les unen a este grupo de empanaos las señoras con el pelo frito y vestido de mediados del siglo pasado. No me preguntéis por qué.
3)
Los Desquiciados

Creen que una onda expansiva creada por una bomba atómica manipulada intencionadamente para triplicar su potencia les persigue. Van muy rápidos, pegados al de delante casi empujándole, y en cuanto pueden te pasan a escasos centímetros dejando la vida en ello y la de los demás. Eso no está bien. A éstos, con un leve frenado cuando van lamiéndote el culo los asustas. Cuando te adelanten te mirarán como perdonándote la vida, pero no debes mirarles, debes poner cara de empanao del segundo grupo. Eso les cabreará más.
4)
Los Paquirrines de la Isla
Amenizan con sus temas a todo el barrio y a todas horas, con bandas flamencas bañadas con un chorrito electrónico como hicieran otras generaciones con el célebre Azuquita. Los padres de los Paquirrines de la Isla trabajan para mantener la discoteca ambulante de sus hijos. En esta zona de la península, si la música de tu coche no alcanza los 140 dB y roza el umbral del dolor no eres nadie. Los padres de los Paquirrines de la Isla también pagan las multas de sus hijos y están orgullosos de que vayan dando la nota por donde van. Los padres de los Paquirrines de la Isla no tienen tiempo para reeducar a sus hijos porque están ocupados haciendo
cosas.
5)
Otros
Los demás conductores se pueden agrupar aquí porque no me apetece extenderme más. Seguro que podéis diferenciar más y nuevos modelos. Serían desechos al volante con chatarras móviles a los que no puedes pedirles el seguro ni ningún papel en caso de accidente, extranjeros que hacen como que no se enteran de nada y te hacen pirulas rarísimas con la autocaravana... etc, etc y etc. Son claramente reconocibles porque destacan por su extravagancia.
Y para finalizar, os contaré la maniobra que lo está petando en todas las ciudades: Mi mujer la ha butizado: "Me aburre pararme en un semáforo". Dicha maniobra la puedes ver en cada semáforo y a todas horas. Consiste en salir (si no hay ningún peatón cruzando) poco antes de que se ponga el semáforo en verde, justo en el espacio de tiempo que hay entre el parpadeo del peatón iluminado en verde o la cuenta atrás si el semáforo es de los más nuevos. Frenar un metro después porque en realidad no se ha puesto en verde todavía, y cuando por fin se pone en verde para iniciar la marcha, se queda clavao o sale pisando huevos y todos le adelantan. Parece complejo, pero siempre habrá un Paquirrín de la Isla o un Desquiciado para haceros una demostración. En cuanto a mí, y según mi mujer y mi hija, creo que estoy en un grupo nuevo:
Los Justicieros Desquiciados de doble gota.